Volvemos a escaparnos ahora en diciembre y esta vez, huyendo del frío, hemos decidido irnos al sur… de nuevo en bicicleta. ¿El destino elegido para recorrer sobre ruedas? Sevilla, ¿quién se apunta?
La ciudad de Sevilla es una de las capitales españolas más interesantes para los amantes de la bicicleta: gracias a su completa red de carriles bici y a su buen clima durante casi todo el año, permite recorrerla por completo sobre dos ruedas, sin prisas, peligros o estrés.
Aunque los profesionales siempre optan por viajar con su bicicleta y las facilidades de las compañías aéreas al respecto han mejorado mucho, la mejor opción si uno va de vacaciones es organizar todo de antemano y reservar un hotel en Sevilla con alquiler de bicicletas gratis o garaje. Todavía son pocos los alojamientos que ofrecen este tipo de servicios, pero algunos hay como el Petit Palace Santa Cruz, en pleno Casco Antiguo, o el Barceló Renacimiento, junto a Isla Mágica.
Lo ideal es tener la bici en el hotel para poder moverte con más comodidad. Sin embargo si prefieres optar por otro tipo de alojamiento en el centro de Sevilla sin ese servicio, el ayuntamiento cuenta con un plan municipal de bicicletas y, además, en todo el casco urbano existen diversas empresas de alquiler. El único problema es que, en este caso, las bicicletas no son gratis y cada día que la quieras tendrás que volver a reservarla.
No obstante, merece la pena. Sevilla es una ciudad hecha para ir en bici. Es muy sencilla de recorrer y cuenta con numerosas plazas y zonas de terraza en las que aparcar un rato y tomarse unas tapas, unas cañas y disfrutar de ese genuino ambiente sevillano que solo se puede encontrar recorriendo sus calles y mezclándose con su gente, en sus tabernas.
Las rutas están por todo el centro y conectan con los principales parques de la ciudad: el parque del Alamillo, el parque de los Príncipes, el de Amate, el parque María Luisa, el Guadaira e incluso el parque Infanta Elena. En total, son 142 km de vías de una anchura media de 2,5 metros –suficiente para circular con gran seguridad, incluso con niños- y con señalización específica.
Además, para comodidad de los ciclistas, el Ayuntamiento de Sevilla ha distribuido por toda la ciudad diferentes zonas de aparcamiento adaptado para bicicletas, de modo que es relativamente sencillo dejar a bici cerca cuando pares a comprar algo, tomarte esas deliciosas cañas o simplemente entres a contemplar un museo o un monumento de los numerosos que encontrarás en tu recorrido por la ciudad.