Turismo de salud, turismo de wellness. España es uno de los destinos que ha sabido apostar por ambos conceptos uniéndolos e interconectándolos aún manteniendo su necesaria diferenciación. Porque de su diferencia es de dónde tenemos que partir para poder abordar una visión global de cómo se está desarrollando el sector turístico en esta área en los últimos años.
Según un estudio elaborado por el Ministerio de Turismo (el único y último realizado tiene fecha de 2013), la distinción es clave si bien la confluencia de los dos conceptos es necesaria e inevitable:
“El turismo de salud es el proceso por el cual una persona viaja para recibir servicios de salud en un país diferente a aquel en el que reside. El motivo del viaje es la búsqueda de estos servicios de salud, en un sentido amplio.”
El “sentido amplio” es donde se enmarcan los servicios de salud conocidos como wellness que, de hecho, son los que más acogida han tenido en el sector hotelero y que más demanda general tienen entre los que viajan desde dentro y desde fuera de nuestro país. Es cierto que existe una gran masa de personas que acuden cada año a España con la excusa de unas vacaciones para aprovechar las ventajas del sistema de salud estatal que está considerado en todo el mundo como uno de los más completos y eficientes. Ahí tienen especial presencia y valor los hoteles que se encuentran cerca de hospitales en Barcelona y Madrid, ciudades que concentran los mejores centros sanitarios y hospitalarios del país con fama mundial. Pero tampoco se debe olvidar a todo ese flujo constante de viajeros que eligen su hotel en función de los servicios de wellness y belleza que estos ofrecen.
Considerado por el Ministerio de Turismo como un subsegmento del turismo de salud, el turismo de wellness es un pilar innegable a estas alturas y uno de los vértices más pujantes económicamente hablando de todo el sector. Las inversiones realizadas en este sentido no han cesado y la mayor parte de las firmas que marcan las pautas del turismo en España (las grandes cadenas hoteleras) admiten que buena parte de las mejores realizadas en esta línea están ya más que amortizadas.
“El turismo de salud (…) abarca más allá del turismo médico, incluyendo el subsegmento turismo de bienestar o wellness, que, en general tiene más que ver con la prevención de dolencias que minoren la salud del turista.”
Teniendo esto en cuenta, podemos marcar la diferencia de una forma más clara hablando siempre de A) Turismo médico y B) Turismo wellness, ya que ambos son turismo de salud y ambos tienen un peso muy relevante en la cartera del sector en España. El perfil de los viajeros de uno y otro segmento varía y es importante que los empresarios, hoteleros y gerentes de negocios de la industria complementaria turística sepan verlos bien.
En este sentido, el estudio del Ministerio de Turismo recoge una clasificación – definición del perfil de viajero de salud que delimita bastante las dos cuestiones:
Un turista de salud sería alguien que viaja en busca de un servicio club de salud o spa para reducir el estrés, de tratamientos termales o de procedimientos más complejos en un hospital. Desde la perspectiva del sector turismo, el turismo de salud implica la promoción consciente de que viajar a determinado lugar se considera beneficiosa para la salud debido a un clima particular, a los recursos naturales o a los servicios de salud que se proveen en dicho lugar (Goodrich, 1994).
Sí, aquí se introduce claramente un elemento indispensable (y que es, sin duda, el que ha hecho que este tipo de turismo en España sea mucho más demandado que en el resto de Europa -quitando las ciudades balneario de Suiza y Budapest-): el destino es primordial porque se considera un escenario óptimo para el cuidado de la salud, bien por el clima, bien por los servicios.
Un destino de sol, playas, naturaleza, gastronomía y buenas comunicaciones es siempre un plus. Más, encima, si los centros de salud públicos, la seguridad y el ambiente están en esta línea, como es el caso de España.
Wellness made in Spain
El turismo de wellness, spa y bienestar ha crecido de forma más que notable en los últimos años, entendiéndose como una oferta que trata de brindar a los viajeros la posibilidad de disfrutar de una escapada saludable en destinos de primer orden. Con esta máxima, muchos alojamientos han optado por una transformación, naciendo así los hoteles spa en Playa de Palma, los resorts de wellness en Almería y potenciándose los hoteles con Jacuzzi en Tenerife y el resto de destinos de playa prioritarios en nuestro país.
Los hoteles spa en Tenerife, precisamente, son un ejemplo a seguir: han sido los que más y mejor han trabajado sus instalaciones, adaptándolas a la demanda y aprovechando al máximo las ventajas de su destino en el ámbito de relax, salud y bienestar. Pocos lugares hay, de hecho, en España donde uno pueda disfrutar de unos días desconectado de la rutina y dedicado íntegramente a cuidarse. En materia de alojamientos no hay que dejar de contemplar los que combinan el turismo wellness con otros aspectos complementarios de ocio y diversión como son los hoteles para adultos en Costa Adeje, especializados en servicios para parejas y escapadas románticas; y los hoteles de golf en Costa Adeje, que juegan así con dos de las principales motivaciones que mueven al turismo de lujo en nuestro país.
Andalucía es otro de los grandes destinos de referencia dentro de España para las escapadas de spa y relax. Una región llena de espacios naturales únicos, con parques nacionales como Doñana, donde reencontrarse con lo auténtico es tan sencillo como salir a caminar, sin más compañía que una mochila y unas zapatillas, para luego volver al hotel a descansar. En la gran mayoría de los alojamientos de la costa andaluza es habitual encontrar instalaciones especializadas en wellness, como los hoteles spa en Chiclana, una de las ciudades más recomendables para las vacaciones de relax en familia. Todos suelen destacar como resorts Todo Incluido, si bien los tratamientos de wellness se consideran un plus y exigen pago extra.
Esta es, precisamente, una de las claves de la gran apuesta por el turismo wellness: el hecho de que se considere algo especial, un valor añadido al destino y al resort y que, en muchos casos, además, aporta un toque de distinción y lujo al establecimiento.
Otros destinos interesantes en este sentido son Galicia, donde la cultura termal es larga y muy cultivada, con numerosos balnearios distribuidos por todo su territorio, especialmente la zona de Rías Baixas; toda la cornisa cantábrica también cuenta con una buena oferta de turismo saludable, con el plus de la gastronomía y los vinos; y Mallorca, que es uno de los rincones más exclusivos en los que poder disfrutar de unas vacaciones de relax con servicios turísticos de primer nivel.