Las vacaciones son siempre una buena excusa para saltarse una dieta, darse un capricho y dejarse llevar por los placeres que la rutina nos roba en el día a día. Un desayuno completo y variado cada mañana, especialidades del destino elegido, helados y postres, platos de pasta o carnes… Las tentaciones se cuentan por decenas pero muchos son los que, incluso en vacaciones, no pueden renunciar a cuidarse y seguir una dieta equilibrada.

Muchos hoteles, conscientes de los problemas y costumbres alimentarias de sus huéspedes, han respondido a la demanda creando servicios de restauración más especializados y adaptados: bufés vegetarianos, alimentos sin gluten, platos sin sal y cocinados al horno, variedad de frutas, verduras y carnes magras, una carta más amplia de pescados, productos integrales y menús especiales para niños.

La variedad actual que uno puede encontrarse en los restaurantes de los hoteles puede llegar incluso a sorprender, ya que muchos incluyen todas estas especificidades alimentarias en sus fórmulas de Todo Incluido. Es el caso de la cadena mallorquina Marina Hotels,  que tras asumir la gestión del Hotel Continental Park en Playa de Muro,  ha renovado la oferta de restauración del hotel con un concepto más natural, de cocina elaborada y auténtica que incluye especialidades locales, platos para niños, bufé para vegetarianos…

La ventaja de elegir un alojamiento con estas posibilidades es la tranquilidad y comodidad de poder disfrutar de las vacaciones sin preocuparse por incumplir el régimen especial que a cada uno le exige su salud.

Asimismo, para los viajes en familia, escoger un hotel con menús infantiles es siempre un acierto, ya que con comidas especiales y divertidas es mucho más sencillo conseguir que los pequeños disfruten de sus vacaciones incluso a la temida hora de comer.