Menorca, la mediana de las Islas Baleares, es uno de los pocos oasis de paz y tranquilidad que todavía quedan en el Mediterráneo. Llena de Historia, patrimonio y arraigadas costumbres, esta isla de 702 km² ofrece un territorio único, casi virgen, con una exuberante naturaleza mediterránea que le ha valido la consideración de Reserva de la Biosfera por parte de la UNESCO.
Discreta y silenciosa, Menorca es una de las pocas islas españolas en las que aún se pueden encontrar playas completamente vírgenes, alejadas de toda civilización y ocultas en un agradable manto verde y azul que configuran ese paisaje tan característico que la define.
Como destino turístico, Menorca destaca por atraer a un viajero de nivel medio alto, con gusto por la tranquilidad, los espacios naturales, los servicios y gastronomía de calidad y, cómo no, la seguridad. Británicos, españoles, nórdico y, cada vez, rusos con gran poder adquisitivo buscan refugio en sus costas y en sus encantadores pueblos de interior.
Para viajar con familia, Menorca es la isla perfecta ya que posee una infraestructura hotelera que, además de presentar un gran respeto por el entorno en el que se ubican, ofrecen servicios adaptados a las necesidades concretas de los que viajan con niños y buscan el máximo relax.
Playa den Bou y la playa de Son Xoriguer, en Cala d’en Bosch son algunos de los centros turísticos especialmente indicados para las vacaciones con niños. En esta zona, destacan alojamientos como el Hotel Sol Falcó All Inclusive y el Hotel Sol Milanos Pingüinos, ambos pertenecientes a la marca Sol Hoteles, con servicios de animación infantil y menús especiales para los más pequeños.
Cala Galdana y la playa de Santo Tomás son, por el contrario, dos rincones ideales para descansar en pareja y disfrutar de unos días de sol con todos los caprichos. Entre los alojamientos Solo Adultos y hoteles para parejas de la zona, destacan el Hotel Sol Menorca y el Hotel Sol Gavilanes, el único hotel situado en primera línea de playa de Cala Galdana.