Con su entrañable olor a albahaca, su gente y sus calles llenas de historia, Roma es la escapada perfecta para un viaje exprés este otoño. Los vuelos a la capital italiana han reducido considerablemente su precio desde las principales ciudades españolas y los servicios hoteleros no son ni la mitad de caros que en otras urbes turísticas como Florencia o Venecia, donde la calidad de los alojamientos se enfrenta con su elevado precio.
La capital del antiguo imperio romano sigue reinando en el mapa turístico europeo como un lugar ideal para conjugar tres formas de viaje estrechamente ligadas: la gastronomía, la cultura y el lujo. Roma es teatro, ópera y fiestas en la calle, es una ciudad gourmet que cuida como ninguna las tradiciones de la dieta mediterránea y es ese pueblo acogedor en cuyas plazas el visitante puede llegar a creer que forma parte de su propia vida cotidiana: flores, verduras, especias…
Hotel Barcelo Aran Mantegna
En cada rincón, Roma esconde una promesa de sorpresa y asombro incluso para que el ya la ha visitado alguna vez: su coliseo, los jardines de Villa Borghese, el Palazzo Barberini, el Panteón, la Fontana di Trevi, la Piazza Navona, Santa Maria del Popolo, el Campo de Fiori… Sus monumentos, sus iglesias y sus vestigios del antiguo imperio forjado a orillas del Tíber siguen impresionando año tras año, siglo tras siglo, demostrando que las grandes obras de arte de la historia nunca pasan de moda.
Pero Roma es mucho más. Roma es la vida de sus calles, sus deliciosos restaurantes con pequeñas mesas y manteles a cuadros, el calor de sus noches mediterráneas con sabor a lambrusco… La mejor forma de conocerla es improvisar y dejarse llevar por rutas imaginarias. La clave es elegir un buen hotel en Roma con wifi gratis que convertir en cuartel general y en el que poder descansar después de las largas jornadas de caminatas que esta ciudad se merece.
Tener acceso a internet en el hotel permite poder organizar cada día en función del tiempo, el estado de ánimo y lo que se haya descansado el día anterior. Es imprescindible, por ejemplo, dedicar una noche en Roma a recorrer su centro a la luz de las farolas, cenar en un restaurante cerca del río, relajarse tomando una copa en los alrededores de la Piazza de España o la zona de Piazza Navona y Via de la Pace o directamente salir de fiesta hasta la madrugada en el barrio de Testaccio, donde están todas las discotecas más famosas de Roma.
Otra jornada (o dos, si se puede) debe reservarse para hacer un poco de turismo cultural en Roma, visitando los lugares más emblemáticos de la ciudad, sumergiéndose en sus catacumbas, admirando los altares de sus iglesias o traspasando los muros del Vaticano hasta la gloriosa obra de Miguel Ángel, la capilla Sixtina. Basta con organizar una serie de pequeñas rutas por el centro de Roma para ir viendo algunas de las joyas de la arquitectura y escultura mundial manteniéndose firmes ante el paso del tiempo.
Habitaciones de hotel en Roma
El turismo gastronómico es la tercera pata indispensable en una escapada a Roma: la pasta, los rissotto, las ensaladas y embutidos italianos son toda una invitación al disfrute de los sentidos. La mayor parte de los restaurantes tradicionales (lejos de las zonas más turísticas y enmarcados en pequeñas calles escondidas y menos transitadas) son de una excelente calidad. Dedicar un día a probar platos distintos es casi obligado.
Para disfrutar de una agenda actualizada y rápida con la que organizar tu escapada a Roma, lo mejor es visitar páginas como Time Out Rome o 2night.it