¿Merece la pena reservar un hotel con Todo Incluido en Ibiza, sí o no? Pues, depende. Reservar con el régimen Todo Incluido en Ibiza, como en casi cualquier otro destino, ofrece una serie de ventajas y algunos inconvenientes. Aunque a pesar de lo que suele pensarse, elegir un alojamiento con todo incluido suele resultar a la larga más económico que optar por solo alojamiento o media pensión, sobre todo en destinos caros, como es el caso de la isla blanca donde la oferta complementaria de restauración es de precio medio alto. Es la opción más completa, los precios suelen estar realmente ajustados y, si los hoteles son de 4 estrellas o más, la calidad y la atención están de sobra aseguradas.
En general, los Todo Incluido de los hoteles en Ibiza son bastante completos, aunque hay que tener mucho cuidado y leer bien la letra pequeña ya que existen cláusulas y excepciones que pueden acabar suponiendo un plus de gasto inesperado en vacaciones si uno no conoce bien qué ofrece realmente su régimen de alojamiento.
¿Qué se debe tener en cuenta al elegir un hotel Todo Incluido en Ibiza? Algunas de las cuestiones que es importante tener en cuenta a la hora de decidir, además de la ya mencionada categoría del hotel, son los equipamientos, servicios adicionales y las instalaciones que ofrezca el establecimiento: piscinas, gimnasio, pistas deportivas, clases dirigidas, juegos, niñera, miniclub y actividades para los niños, variedad de restaurantes, bares y terrazas para aperitivos, espectáculos y fiestas temáticas…
Ibiza es un lugar de playas ideales en el que lo más habitual es que el día discurra fuera del hotel. En este caso, es necesario tener en cuenta que un régimen Todo Incluido está realmente pensado para los que quieren sacar el máximo partido de su tiempo dentro del hotel, sin renunciar, eso sí, al disfrute del destino. Por ello, fijarse en los horarios de comidas y su flexibilidad es básico: si uno quiere estar fuera del hotel el mayor tiempo posible, recorriendo la isla sin estar pendiente de horas de comedor o desayuno, lo mejor es optar por una reserva de habitación de solo alojamiento y comer allí donde se haya decidido pasar el día.
Muchos hoteles, no obstante, han puesto de moda los picnic para que sus huéspedes puedan disfrutar de las ventajas del Todo Incluido gastronómico dentro y fuera del establecimiento. Este sistema consiste en que el cliente deja reservado para el día siguiente la comida que se llevará de excursión, que suelen ser platos del buffet frío, desde sándwiches a ensaladas, incluso con opciones a elegir diferentes. También hacen picnics especiales para los niños, con comidas divertidas y postres saludables. La variedad es amplísima pero es importante cerciorarse bien de que el régimen que se ofrece lo incluye en el precio, ya que algunos resorts de playa lo cobran con cargo adicional a la cuenta.
Otra de las cuestiones que se han de tener en cuenta es qué entra exactamente en el Todo Incluido, más allá de las comidas y las bebidas: hay que ser cuidadosos porque habitualmente se excluyen algún tipo de bebidas (cócteles, bebidas con alcohol de primeras marca, cervezas…) o algunas cenas especiales. Lo ideal es que el régimen lo cubra todo o casi todo ya que la ventaja del Todo Incluido es realmente poder olvidarse de pagar durante las vacaciones y evitar sorpresas de cuentas interminables al acabar la estancia. Asimismo, el acceso a instalaciones especiales (spa, pistas deportivas, salón de belleza…) debe ser tenido en cuenta: la mayor parte de los hoteles Todo Incluido no suelen contemplarlos.